lunes, 2 de noviembre de 2009

LO MISMO QUE LOS ZAPATOS

Con motivo del Día de los Muertos en México, me he permitido subir algo con humor de calaverita...es decir, irónico. Sé que la mayoría de mis lectores recientes son de gustos más positivos pero no podía dejar pasar de lado esa parte de mi mexicanidad. Sonrían.

LO MISMO QUE LOS ZAPATOS A UN MUERTO

Dije que hablaríamos más tarde. Acepto que quizá fue sólo una forma de decirte que no me importa lo que podamos decirnos. Los problemas parecen más grandes si nos empeññamos en mirarlos con una lupa.

Claro que te creo, no seas tonto pero, no está en mis manos intentar desenredar los problemas en los que te has metido con Sofía.

Ella también tiene razón, eres irresponsable. Porque sí, podrías hacer el intento de comprar una casa antes de querer que se embarace.

Parece mentira que traigas eso a cuento...

Pues sí, pero ella es tu prometida. Yo no soy nada. Yo estoy muerta.

Que ¿te importo?...lo mismo que los zapatos a un muerto.

Ya, ya... prende la vela que está muy oscuro. Necesito otro camel.

Está bien... sirveme una a ver si no termino viendo doble.

El ebrio eres tú, no creas que no me doy cuenta que se te ha venido haciendo costumbre tomar solo. No me sorprende que...

Ya dije que yo no cuento, soy polvo. Ya que insistes...habla, habla soy toda oídos.

Una mujer, claro... pensará que... si estas en deudas económicas... nada bueno le espera contigo. Hasta Ergo, mi bolita de pelos está de acuerdo.

Según mis matemáticas... en un año no pagarás esa cantidad... no con lo que ganas.

En seis meses lo ganas, sí, pero no olvides los interéses del banco, son unos malditos parásitos.

Ella también gana... y lo que gana es suyo, así son las mujeres, si no dime, qué tonta va a querer trabajar para que tú te pongas a gastar como niño rico... yo por eso no trabajo.

Bueno, si tienes tantas dudas ¿Porqué no la dejas?

...lo venimos pensando hace tiempo... para qué hacerse bolas, es la misma historia retorcída de siempre... y el sueño.

El sueño que estoy perdiendo al hablar contigo. Aquí. Ahora... al escucharte.

Ya está refrescando, el alba debe estar cerca. Sí, sí, sí... siempre hay lugar para un trascero más en ésta lapida.

Tiende la manta, con suerte algún otro muerto del campo santo, no tiene donde descansar.

¿Estas... roncando? ¡Borracho de mierda! Tú dormido y yo... hablando sola, con frío...tiritando de insomnio...¡Pásame la botella!

Beatriz Osornio Morales, Imagen de la red.

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