sábado, 12 de mayo de 2012

VASTAGOS









violetas, imagen de la red 

I

La flor del miedo crece

no se sabe bien si

de un escollo tierno,

o del desierto inundado

por extremas tormentas

que violan la semilla.



II  

La indefensa violeta

crece,

y crece de las flores

la tinta nocturna,

distinta a las flores del sol.

Esa flor  te mira

desde la obscuridad.

Te mira más fijamente

que un niño.



III

Ya en otro tiempo

nos vaciaron el plato las violetas,

llenando de hojas secas

 el jarrón  marfil.

Pétalos sin raíces

nos  traspasan

los ligamentos de las manos,

desquebrajándonos el vello

quemado en la epidermis,

luego de unos instantes

escurren

mis dedos en los suyos,

florecidos.



Beatriz Osornio Morales.


23 comentarios:

La sonrisa de Hiperion dijo...

Y siempre hay una nueva progenie...

Saludos y un abrazo.

Maritza dijo...

(Y ami que me encantan las Violetas)...

Creo que sí, que el miedo crece

"del desierto inundado

por extremas tormentas

que violan la semilla".

Bella manera de decir. Bella manera de hablar del temor y sus secuelas.

Me encanta tu forma de versar, Beatriz.
Gracias por compartirla.

Besos, abrazos, y feliz fin de semana.

Rafael dijo...

"...La indefensa violeta crece, y crece de las flores la tinta nocturna..."
Bellos versos beatriz,
un saludo en la tarde,
Rafael

Vivian dijo...

Qué hermoso el final!
Amo las violetas, hasta en los versos se ven maravillosas.
Un abrazo

Nereidas-andresdeartabroblogpost,com dijo...

Y cuando las violetas inspiran, tus sentimientos se hacen poesía.
Besos.

Lapislazuli dijo...

me encantan las violetas, en tus palabras mas aun
Un abrazo

Alandroide dijo...

Violetas violentas.
Fantástico leerte.

Sé feliz :)

Anónimo dijo...

Las flores son bellas y más cuando se hacen poesía...como en tus versos con aroma a violetas.
Una estupenda forma de escribir mi querida Beatriz, maravillan tus letras.
Te dejo un fuerte abrazo, buen comienzo de semana.

Juan L. Trujillo dijo...

El aroma que desprenden tus versos, seguro que hacen palidecer a las violetas.
Un abrazo, poeta.

Sneyder C. dijo...

La belleza de las flores, hacen crecer sentimientos que trasladados al papel tienen perfume a verso...

Un cálido abrazo

Leovi dijo...

Excelente poema Beatriz, sin duda haciendo florecer el miedo es la mejor forma de manipular e impedir la libertad. Hagamos florecer nuestras flores blancas que todo lo iluminan.

lichazul dijo...

rezuman violetas tus versos Bea querida, un decir y sentir maravilloso

besitos y luz

lns Ángeles Sánchez Gandarillas dijo...

Un escalonado poema, que tramo a tramo lleva a los adentros y la pasión, a lo que trata de florecer entre violetas desparramadas, entre el tiempo de miedo y de la inocencia. Esta escalera me llevó paso a paso... Lines

Maritza dijo...

Mi querida Beatriz, el problema lo tengo aún, pero en mi otro blog, en Expresión Gráfica, donde no aparece mi actualización y están borradas algunas cosas en la página donde publicar...asi que ahí está, a medias visitado porque no lo ven...

Besos, y gracias.

Miguel Bueno Jiménez dijo...

En mis sierras crecen violetas amarillas esperando un cantor con una voz tan limpia como la tuya.
Besos
Piedra

virgi dijo...

Y tan agradecidas las flores, que nunca se cansan de donarnos belleza.
Besos, gracias por tus palabras.

Adriana Alba dijo...

(...)luego de unos instantes

escurren

mis dedos en los suyos,

florecidos.

Que bello.

Me encantó Beatriz, un beso y gracias por tus comentarios, siempre es un gusto tenerte de visita.

David Cotos dijo...

Bien profundo. Saludos.

mariano sanz navarro dijo...

Muchas gracias por pasarte por el blog. el tuyo tambien es hermoso. Me encanta la poesia que retratas, yo no estoy dotado para eso... os envidio. Un abrazo.

Azpeitia poeta y escritor dijo...

El viento gira y gira sobre nuestras cabezas, pero las palabras encadenadas de tu poesía permanenecen....un abrazo de azpeitia

Jordicine dijo...

Es una de mis flores preferidas, BEATRIZ.Por cierto, me pierdo una parte de texto porque sale alineada a la derecha. Un beso.

tecla dijo...

El miedo nos va creciendo a hurtadillas. Poco a poco. No lo queremos dejar entrar, pero aparece.
Yo he visitado las violetas en Enero, ellas sí que saben ser valientes. Brillan pequeñas y espléndidas a las orillas de manantiales húmedos y cristalinos entre chuzos de punta y raudales de agua. Y aquel aroma tan distinto de todos. Tan sumamente exquisito.

silvia zappia dijo...

devenir en violeta, en medio de la tormenta.

besos*

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