lunes, 12 de noviembre de 2012

ARACNIDO


ARACNIDO

Tendida en el piso como todas las mañanas a la hora de su rutina de ejercicios, moviéndose a ritmo de la  música dance que le sirve de motivación,  Sofía estira los brazos hacia adelante y hacia atrás  para mantener el equilibrio al momento de trabajar el abdomen. Los calentamientos previos  ahora sí surgen efecto,  siente pequeñas  gotas de sudor asomarle por las sienes.

Por medio del control de la respiración ahuyenta cualquier pensamiento  ajeno a este instante, para Sofía cada momento es un número, (trece) pensar en números le ayuda a reconcentrarse, esto  la mantiene enfocada en la cuenta de series auto establecidas en su rutina…”catorce, quince, diez y seis…” Ya no cabe duda del sudor, para la tercera serie suda copiosamente.

De pronto nota un punto negro en el techo. Algo se arrastra lentamente sobre ella. Continua contando estiramientos de abdomen, lo intenta pero confirma que el punto negro  es un arácnido y está justo sobre su cabeza, si este sufre un traspié, le caerá  en la cara. La sola idea hace que pierda la cuenta… por lo que decide vigilar a la criatura en cada movimiento, hasta le parece haber contado las patas: tiene cuatro patas largas y delgadas, y dos más cortas y gruesas. No se alcanza a diferenciar el cuerpo de la cabeza pero adivina  que tiene aguijón o fauces, desearía haber aprendido  la anatomía de los arácnidos.

Pese su obstinación por observar el rastro de la araña que ahora queda oculta tras un aspa del ventilador apagado, Sofía decide reiniciar su cuarta serie de abdominales. Eleva un poco las rodillas que intenta alcanzar con la frente, sus manos sostienen la cabeza por la nuca. Encuentra molesto el aroma de su propio sudor. Momentos después de iniciar, nota que la araña ha desaparecido, se levanta y busca en el techo detrás de cada una de las aspas del ventilador, no ve nada. “A menos que se haya metido entre el motor de la ventilación y el techo”…una serie de explicaciones cruzan por su mente. Busca en el piso, no hay nada,  el tapete donde estaba haciendo ejercicio se encuentra impecable.

  Escucha la música, ésta canción es de sus favoritas  “boom, boom, boom, let´s go back to my room”   deja mover sus caderas por el bit y olvida la desaparición del arácnido. No es sino hasta sentir un cosquilleo en la cabeza que cesa  de oír la música (sólo que ésta sigue tocando) El cosquilleo se mueve “Por todos los cielos” exclama. Si quedaba duda de que sus poros estuvieran tapados, no hay de qué preocuparse, ahora suda a chorros. Sin saber qué hacer, sale corriendo en pánico del cuarto mientras grita pidiendo auxilio.

-¿Qué  sucede?  grita Juan desde el otro cuarto.
-¡Ayúdame!
-Pero ¡calma! ¿qué es lo que pasa?
Sofía esta ofuscada  y no puede explicar claramente lo que sucede.
-Ayúdame, no te quedes allí parado. ¡La araña, la araña!- grita mientras da vueltas señalando su cabeza.
Juan busca entre el desparpajo de pelo castaño.
-No tienes nada. Has de estar imaginando.

Sofía ya más tranquila explica lo ocurrido a Juan. Este se dirige al cuarto en busca del cuerpo del delito y ella lo sigue.
Los dos notan en una esquina de la habitación que la araña se ha quedado quieta en el rincón, “parece que ha tejido un comienzo de telaraña” increpa Juan.
Sofía respira aliviada, aunque no se explica lo que paso. Intenta besar a Juan. –“Aléjate, estas toda sudada” Se queja este “Va! Ahora te haces del rogar pero ya vendrás a implorar mis besos” Ambos ríen. “¡Ven acá!”continua Sofía tratando de alcanzarlo.
Juan intenta correr pero  al tocarle Sofía el hombro, un escalofrío lo alcanza por la espalda.  Voltea y mira el techo cubierto de arañas. Sofía ha desaparecido.


Beatriz Osornio Morales

18 comentarios:

Ester dijo...

Otra vez, Beatriz, otra vez me la has jugado, me tienes absorta leyendo, tranquila vigilando la araña, caminando en busca de Juan, entretenida con el beso que el no quiere.
Y ¡Zas! Me lo llenas todo de arañas. Otra vez me tienes en un vivir sin saber donde buscar.
Eres genial.
Saltos y brincos

Maritza dijo...

Ay...y yo creo que me andan encima! ...
;)

Excelente relato (fuera de bromas),Beatriz querida!
Abrazos y felicitaciones grandes.


(Amiga, hace tiempo me dejaste una nota en Verbal,disculpa mi olvido al no contestrate a tiempo, no sé si tengo tu mail? El Facebook casi no lo uso. Escríbeme cuando quieras!).


Besos miles, y feliz semana!

mj dijo...

Espeluznante y qué miedo!! Con lo inofensivas que parecen, a veces, esas arañas que se esconden y tejen sus hilos en los techos.
Buen relato Beatriz.

Un abrazo

Natalia H. Fontijn dijo...

Querida Bea
Magnifico y muy bien logrado relato.
Besote
(me encanta tu lectora que da saltos y brincos)

Juan L. Trujillo dijo...

Perturbador y hábil relato entre Poe y Asimov, con un sutil toque de humor.
Muy conseguido.
Un abrazo.

Leticia dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Leticia dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Leticia dijo...

Contar, atrapar al lector desde el inicio, seguir la técnica de no bajar la tensión a través de lo que se cuenta y permitir al personaje sólo hacer lo que el escritor quiere, son algunas de las cualidades de tu cuento.Aquí el personaje de sofía no se traiciona, sigue su camino hasta el final. El que le has dado, es de final abierto, es decir que el lector puede recrear el destino de Sofía.
El mío, ... era una pata de araña grande y pegajosa la que toca hombro de Juan...
Beso Beatriz.

josef dijo...

Hubo un tiempo en que tuve pesadillas con arañas. me daban mucho miedo. Luego fui a Chile e hice frente a la temida araña de rincón chilena. desde entonces todo se ha tranquilizado hasta, hasta leer este cuento!!!!

Buen relato.

Un abrazo.

Luis de Burg dijo...

jajajajaja.... pero esto es un mate de risa.... joder.... que entretenido texto que te has montado tú solita, es que cuando pensé que sólo hablarías de ejercicios pues pensé, que diablos hay que terminarlo de leer, y en eso cuando comenzó lo de la araña, hasta dieron ganas de decirle algo a sofía, que la mate!!!! no importa si pierdes la cuenta, sólo mátala!!!! luego continuas la cuenta, no importa!!! y luego el ritmo del dance, hasta pude sentir la música, que buena narración, está de locos, porque me has hecho sentir que estaba allí metido en esa habitación, mirando a la araña esa, luego cuando desapareció, joder!!!! odio cuando hacen eso, porque les tengo un pánico terrible a los arácnidos!!!!! y peor con ese final de película de terror, pero tan bien escrito que me dieron risas, que no pude contener, porque es tan cómico toda esa situación que también lo he vivido, porque yo le tengo pánico pero puedo controlarlo, pero mi ex novia no, era tan cobarde como sofía y la verdad es que me hiciste recordarla, excelente entrada, mis felicitaciones y muchos besos!!!!

Luis García Romero dijo...

Me ha sorprendido el final, sin duda lo mejor de todo. El techo cubierto de arañas!!! Magnífico.
Pero... y ella? (ella la araña)
Besos, Beatriz

P. Belano dijo...

Qué buen relato Beatriz!!

Plácidez, temor, histeria, tranquilidad, amor, humor y terror en tan poquitas líneas. Y tan original además.

Un beso.

Rafael dijo...

Al final del relato, hasta las arañas parecen reales.
Un abrazo en la noche.

diego dijo...

Me gusta haberte descubierto, Beatriz. Me gustan los cuentos, escribirlos y leerlos, y este tuyo es genial. Al final he tenido que mirar al techo de mi habitación y comprobar si no estaba lleno de arañas. Y luego mirarme a mí mismo por ver si mis brazos no se habían convertido en patas y mi boca en garfios :)

Anónimo dijo...

Hay Beatriz! Si te cuento que practico yoga y cualquier cosita me sirve para distraerme... tu historia me recordó una anécdota con una mosca en plena clase.
Un placer leerte, te dejo un fuerte abrazo!

Jordicine dijo...

Muy bueno, BEATRIZ. Yo tengo un miedo atroz a las arañas, desde niño. Bufff...

lichazul dijo...

excelente remate que sirve de quiebre para el relato BEA
felicitaciones


abrazos y feliz fin de semana

Javier dijo...

Me gustó el relato, aunque algo confuso en su final. ¿Las arañas se la comieron o simplemente huyó?

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