miércoles, 4 de septiembre de 2013

CARACTERIZACION DE UN PERSONAJE



“A cada quien le toca enfrentarse a la vida en su momento. Esa es la razón de existir, vivir con la mirada de frente a la vida, tomarla como lo que es, amarla y después, dejarla” (Virginia Woolf)


Una vez definido el personaje, el escritor tiene que concederle independencia y respeto, como a cualquier otro ser vivo, y contar la historia como el protagonista o testigo,  no como inventor de la misma.

 Una vez dándole vida, el personaje tiene derecho a vivirla como lo que es, una vida acorde a sus rasgos de carácter, su apariencia física, pensamiento, sensibilidad, gustos, manías, rituales, etc.

Los lectores se llegan a sentir identificados con otros seres íntegros, autónomos, sensibles, pensantes, y no con aquellos personajes que tienen la mala fortuna de ser tratados como títeres. Una vez dada la caracterización apropiada al personaje, este podrá moverse por la historia con agilidad, y el lector será capaz de creer en la existencia de ese personaje, mismo que será recordado y asociado por sus particularidades a la hora de actuar de tal o cual manera. Como si el encuentro entre personaje y lector dependiese de la realidad cotidiana.


Beatriz Osornio Morales, texto de Arte Poética


19 comentarios:

Nereidas-andresdeartabroblogpost,com dijo...

Sin duda es así y uno cuando escribe prosa, verso o novela , solo puede escribir de lo que uno es o ha sido, cada cual solo puede escribir desde su yo.
Besos.

Luis de Burg dijo...

y es por ello que muchas veces odiamos a algunos actores porque en el fondo se ven como títeres y no como un ser normal y tendencias normales o distantes.... por ello que muchas películas son saben a falsas y hasta mediocres, por el simple hecho de que el director movió como simples títeres a los actores sin medir las consecuencias de sus actos, que ellos también desean independencia a poder plasmar lo que ellos sienten cuando se visten y se camuflan con el personaje..... encantadora entrada, me he sentido identificado

Leticia dijo...

Un guión para crear ficción... Virgina fue experta en eso hasta en su muerte.
Saludos Bea.

Fina Tizón dijo...

Entrada curiosa y muy apropiada para quienes escribimos y leemos. Como tú bien dices, Beatriz, una de las particularidades de una obra literaria, es conseguir que sus personajes lleguen a tener la fuerza suficiente para que los posibles lectores puedan personificarse en ellos, identificarse, lograr situar la historia como si de una "realidad" se tratase. Creo que es una forma de valorar la calidad de la obra en sí, entre otras muchas cosas, por supuesto.

Abrazos

Fina

Lapislazuli dijo...

Interesante entrada, para los que nos gusta escribir
Gracias
Abrazo

Natalia H. Fontijn dijo...

Hola Beatriz, que casualidad, ayer leí la carta de despedida que le dejo Virginia Woolf a su esposo, antes de lanzarse al rio. Es conmovedora.
Lo que dices de los personajes es tan cierto!Cuando encuentran su aliento, cobran vida, y la pluma es solo un instrumento. Mi personaje Fortuna, te acuerdas, la de la obra de teatro, se la llevo el agua, pues cuando me propuse escaparme solo a escribirla, fue el colapso de la ciudad con las inundaciones en Calgary y en las montanas. Ojala un dia pueda rescatarla.
Un besote

Natalia H. Fontijn dijo...

Hola Beatriz, que casualidad, ayer leí la carta de despedida que le dejo Virginia Woolf a su esposo, antes de lanzarse al rio. Es conmovedora.
Lo que dices de los personajes es tan cierto!Cuando encuentran su aliento, cobran vida, y la pluma es solo un instrumento. Mi personaje Fortuna, te acuerdas, la de la obra de teatro, se la llevo el agua, pues cuando me propuse escaparme solo a escribirla, fue el colapso de la ciudad con las inundaciones en Calgary y en las montanas. Ojala un dia pueda rescatarla.
Un besote

Carlos Augusto Pereyra Martínez dijo...

Hace poco planteaba que los personajes de una novela que escribo, no eran de mi gobierno, porque ellos me iban llevando a escribir su vida, y por lo tanto no eran unas v´ctimas de mi antojo escritural. UN abrazo. Carlos

Ester dijo...

Libertad e independencia a los personajes, pero no es sencillo, a algunos escritores les cuesta no quedarse un poco en cada personaje que describe, y luego hay buenas y malas novelas.
Es una entrada curiosa, parece una clase de estilo.çAbrazos

Gizela dijo...

Y para nada es sencillo, lo que esta entrada anuncia tan sabiamente, para quienes crean literatura
Muy buena y útil entrada Beatriz

Besosss

Juan L. Trujillo dijo...

Siendo cierto lo que dices, hay veces en las que el personaje se independiza del autor, tomando vida propia y andando par los caminos que el mismo se marca.
Un abrazo.

Belén Rodríguez dijo...

Didáctico post el de hoy.
Es por eso que, a veces, un personaje no conecta con su público y da igual que sea en teatro, película o literatura; si no es creíble no tiene futuro.
Un beso.

JOAN dijo...

Muy interessante reflexión!! :)

Y gran consejo!

Un abrazo fuerte desde el Taller

Julie Sopetrán dijo...

Creo que es un buen consejo para escribir e inventar el personaje. Darle vida es vivirlo para que el lector pueda sentirse identificado.

Amando García Nuño dijo...

De acuerdo, de acuerdo. El problema es que mi personaje -ejerciendo su derecho a vivir su vida- se ha puesto a escribir sobre mí, es decir, ahora yo soy su personaje. Y ya no sé lo que escribo ni qué vida vivir, por consiguiente también ignoro lo que desea escribir (o vivir) ese individuo. ¿Me ayudas?

Luis García Romero dijo...

Y cuán difícil es dotarlos de corazón, y de alma o voz nítida.
Me gustó pasar por aquí.
Besos, Beatriz

María Eva Ruiz dijo...

Muy buena la entrada Beatriz, y es que es difícil crear a un personaje y dotarlo de vida, que actúe por sí mismo y que no nos refleje. Pienso que en cada personaje dejamos un poquito de nosotros mismos. Un personaje verosímil hace un texto creíble.

Un abrazo grande,

Eva.

FJavier dijo...

“El personaje transcurre, como la historia, sin aparente premeditación tejiendo una trama que, hurgando en el interior del lector, encuentre un trayecto verosímil que le conduzca insensiblemente a la revelación final. Cada acontecimiento sigue al anterior con una intencionalidad y naturalidad tan invisibles como inexorables. La textura crea o acentúa la emoción o confunde o calma, en un viaje inevitable dentro de nosotros mismos. Así, el escritor se revela como el director de una orquesta de emociones con las que debe construir una melodía y de la que no es ya su dueño”.

Supongo.


Saludos afectuosos.

P MPilaR dijo...

caben matices. Incluso considerando la integridad, en sentido lato, del personaje.
Ello sucede cuando el personaje ha adquirida tal y tanta entidad, que él mismo asume el papel rector.
Entonces al autor poco o nada le queda por decir.
Y la historia (?) toca a su fin.


Interesantímo, Beatriz

Un abrazo grande

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