Parece sencillo asumir las cosas que se dicen de las cosas, pero si lo fuera no tendríamos que decirlas,
con todo y que al hacerlo, pueden
causarse escozores, rasguños, ascensos, asco, puñaladas, caídas, o hasta un deleite que lleva la
realidad de las percepciones a un caos.
Y es que no es fácil capturar las cosas que se dicen de las cosas, son a veces
tan resbaladizas que un pez mismo las re
huye en la avalancha de las corrientes diarias. Sin embargo se encuentran donde quiera.
Las dice el empresario en su dialecto, la costurera, el licenciado, el
reportero las lleva como escamas, el ingeniero, el patroncito, el granjero, el
profesor enseña su significado, el pensador debate su grandeza, la secretaria
archiva las cosas que se dicen de las cosas, como cartas bajo la manga.
El pensamiento mismo cuesta cuando se trata de estas curiosidades, como
cuesta encender una cerilla mojada, entre tallón y tallón fumarolas de humo consuman el fósforo o el encendedor con mecanismo atorado, llenando de
su aroma la estancia, y otro tallón, otro intento interrumpido por el sonido
del agua, la tecla, los átomos internos. Alguien se lava las manos en la
habitación de al lado; al escuchar, el pensamiento ya no es el mismo, las cosas
ya no son las mismas, hora tras hora, minuto a minuto, cuesta seguir las cosas
que se dicen de las cosas porque no tienen una secuencia, sino muchas.
Podríamos perdernos en el alegato de los días, o encontrar un instante y
agarrarse a él sin importar las cosas que se dicen de las cosas.
Pero hay que ser conscientes que el cuerpo de los pensamientos es dado
al ser expuestos, por lo que los convierte esto en lo que se dice de ellos. Los pensamientos no
tienen cuerpo físico, siendo así que los
pensamientos son las cosas que se dicen de las cosas y nada más.
Beatriz
Osornio Morales
18 comentarios:
Las mismas cosas suelen tener significados diferentes para cada cual, depende del enfoque y de la mirada de cada uno.
Un beso Beatriz.
Podría colocarse el concepto : "justificar" en esta entrada sobre el pensamiento, las palabras, lo que se dice, lo que se calla, lo que se justifica cuando uno considera que no debería haber dicho; en fín, es como una especie de ovillo dificil de desovillar porque se llena de nudos cada dos por tres.Las palabras y los pensamientos van muy unidos aunque a veces convenga separarlos.
Un abrazo, Beatriz y feliz fin de semana
Fina
Las palabras dicen y se dicen entre ellas como sabemos, y sí, es un diálogo continuo donde el significado y el marco de referencia presta su escala de valores para decir acerca de las cosas.
Un gusto enriquecerme al acercarme a tus reflexiones como la de hoy, querida Beatriz.
Cada uno interpreta a su manera.
Te dejo besos de lavanda: calman y suavizan al corazón.
¡Bendecida semana !! :)
a veces hay cuestiones en las que las palabras están demás. Otras como "soportar" agriedades, o actitudes pésimas las das por hecho y yo al menos no me detengo a discutir.
otras en consecuencia las delata una acción que aun no digas en palabras el cuerpo delata con posturas, muecas y demás etc.
hoy creo que entendi y me caen ciertos veintes con tu texto y sin embargo hoy lo tuve que volver a releer... por que en si fue para mi algo rebuscado
:P
Las cosas depende de quien las diga, se puede entender o tirar a la basura. A veces se piensan tanto que se caducan antes de salir, otras se dicen de repente y y causan dolor o risa. Las cosas son cada vez de una manera. Un abrazo
Tienes unas cosas, Bea...
A veces usamos la palabra para esconder lo que verdaderamente pensamos y seguramente por ello las cosas no son como parecen.
Un abrazo.
Muy buena entrada, Beatriz. Tu reflexión me dará algo en qué pensar antes de acostarme.
Saludos!
Hace poco discutíamos con Manuelito, mi filósofo de cabecera, sobre el pensamiento, y ru texto viene como anillo al dedo. Sin el pensamiento como darle sustancia a las cosas. Las cosas existen por el pensamiento. No basta que estén ahí. Un abrazo. carlos
Y sus constantes variaciones, por los detalles más sutiles, la precepción es otra.
Da para mucho, el tema.
Besos.
Curiosa y llena de verdad tu reflexión, del mismo pensamiento podemos hacer infinitas reflexiones e interpretaciones.
Besos.
Lunna.
Coincido con Lunna, es un tema complejo del que nos has dejado un comienzo. A veces ese empujoncito es el que hace falta para encender la chispa del entendimiento.
Me ha encantado la metáfora que has dejado, donde el maestro enseña, el sabio debate, la secretaria archiva :)
Estos pensamientos, estas cosas que se dicen de las cosas casi cobran vida propia en tu texto, y caminan y vienen a sentarse al lado del que lee, como para darle un pequeño codazo: "y tú qué piensas?"
Un beso.
taty, lo que yo pienso es eso, que todas las cosas son pensamientos realizados, los pensamientos pueden ser semillas de algo que si sabemos proyectar un día toma forma.
Pero sobre todo, lo que quería con esto y la mayoría de las cosas que escribo, era ese empujón a los pensamientos de otros, los que yo no puedo alcanzar, pero sé que deben estar en ti. Eso debe ser el arte, más que solamente una invasión, una sugestión a la creatividad del pensamiento.
Gracias a todos los que han venido y comentado, y a los que no comentan por las razones que sea, también les agradezco su paso por este espacio.
De las palabras y su energia... muy interesante tu entrada Bea.
( por cierto yo tenia un jefe que archivaba a sus secretarias, en el archivo muerto jaja, es un cuento que escribi hace mil annos. Me acorde por eso de la secretaria archiva)
Un abrazote ( todavia golpeada por la situacion de mi pais, y un poco distraida, pero siempre un placer pasarme por aqui)
Y cada cosa inspira un pensamiento que a veces no se dice. Pero sí, las curiosidades tienen su explicación. Nos atraen y no todo el mundo las percibe, las investiga, las palpa... Lo físico no siempre se puede explicar en su misterio. Interesante. Un beso.
siempre escucho decir, que no hay palabra mal dicho sino mal interpretada, creo sinceramente que sí existen palabras mal dichas, porque si no estuvieran mal dichas, nadie las mal interpretaría jamás.... encantado de leerte de nuevo
Es paradojal. El pensamiento que dice y significa la realidad, no es una entidad tangible...UN abrazo. Carlos
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