Gritos…
un trepidar en la
piel.
Te come los ojos la
distancia
te come con cuchara
porque son azules bóvedas
de cielo
y ríen de frio.
Una rayita avanza
de la pluma de tu mano
al pecho,
promete dibujarme
los senos.
El bosquejo
me sube hasta la boca.
Los labios emanan
en alguna grieta
de tu oasis,
el mandala esencial de
la humedad.
Beatriz Osornio Morales, imagen de la red.