Al imaginar el viaje de la espuma
que rompe en la orilla del mar,
se pueden sentir
en los pies descalzos, las distancias
y al mismo tiempo su cercanía.
Su caricia
recuerdo de algo cercano,
en plenitud,
la distancia
es absorbida por la porosidad
de la arena.
En la vida
las distancias se sortean echando espuma,
pero una caricia de mar permanece por siempre
en la memoria de los pies.
B.O.M. imagen de la red.