domingo, 26 de junio de 2011


Bocanada



Estuvimos todo el día en la niebla; los arboles, nosotros, las

 calles, la ciudad entera en penumbras. Teníamos unos ojos de

 niebla, flotando entre las ramas desnudas; estábamos solos, sin

 compañero de asiento, compañera de cama, de trabajo, allí

estamos

 solos sin otro pensamiento que la neblina, gris, tierra

 flotante, edificación de nubes en la garganta.

 Anocheció sin que lo supiésemos. El cigarrillo se extinguió,

 borró más el paisaje.


Nuestros cuerpos eran un vapor cálido en la niebla nocturna,

hasta que vino el alba y dividió los rayos que disipan las

 formas.



Beatriz Osornio Morales.



NoTA:Anduve ocupada la semana pasada, disfrutando de unos visitantes canadienses, viviendo y dando vida.
Con todo y lo bien que lo he pasado, estoy feliz de volver.
Feliz semana a todos y todas.




miércoles, 15 de junio de 2011

OLAS

 

La conciencia de ti

a veces llega junto al mar,

ignorante, ciego para los hombres.


El agua sólo sabe del agua; todo

aquello que revela ignora,

como el espejo ignora lo que refleja.

Tu conciencia es ola.


Yo he de pensarte, a ti

a ciertas horas, del océano

pendiente, suspender


sedas miradas de tu tacto,

como una prenda

que se tiende a secar, secar

el mar de tus ojos, y ver claro,

sentir.


Por maldecir a deshoras…

frente a frente se nos abre el vacío;

y si tú pones un dedo en la llaga

del extranjero, la vacuidad duele.


Sobre el mar grito, de sí mismo

verso, siempre azuzan gaviotas,

desvelados sudarios marinos.


Con su baba, las medusas

prenden antorchas

que azotan los acantilados.


A  orillas  del  horizonte,

traspasado cuerpo de luz,

un viento fétido, hunde

velas en la proa submarina.


El chocar, todo y la conciencia de ti,

perdura, unos segundos por siempre,

para rendirse al fondo del océano,

región astral de encuentros,

olas, sal, tumbos.



Beatriz Osornio Morales, imagen de la red.

jueves, 9 de junio de 2011


SINTAXIS



Al escribir frecuente mente pienso que las oraciones se van deshilando de la idea que da comienzo, ésta, sirve de eje a otras, como si fueran ramas de un árbol. Cada palabra es un brote nuevo, un retoño de rama al que se le ve crecer, mientras la sombra de la nueva rama se estira en las azoteas de las casas, queda ya poco parecido con lo que fue su principio.

Imagino que los techos y todas las cosas,  esperan a que crezcan los escollos desde el tronco, para darles sombra, en base a esa necesidad, la forma se va dando.

La dirección de la historia se va determinando por la posición de cada una de las palabras, cada una de las oraciones enlazadas va expresando las personalidades y sucesos en un lugar determinado, como en una planta sus raíces y sus efectos en el ambiente, proliferan con frecuencia nuevas especies. Por eso planto, árbol sobre árbol en esta especie de follaje blanco.

El orden de las palabras determina si no la mejor parte del sentido en que se dice un pensamiento, o una idea, sí tiene gran peso en el tono de lectura que se intenta lograr del texto.

Hay escritores que logran un estilo propio a base de un trabajo arduo en el ejercicio de la sintaxis, como unidad, como la forma de expresarse de manera consciente, así como en romper normas (jugar con las estructuras lingüísticas) tradicionales, proporcionando a su vez nuevos componentes y un movimiento que las posicione en favor de la intencionalidad expresiva. Esta sería una herramienta útil para quienes en el camino de la escritura buscan un grado de calidad expresiva más original, y quizá más artístico que el modo reconocido por las academias.

Se discutía en algún reportaje de revista virtual, si en la Literatura se aprecia o no el nivel artístico en la forma expresiva del escritor, de igual manera que en otras disciplinas artísticas. Básicamente se debatía entre la posibilidad de una forma expresiva más artística tanto en la Narrativa como en la Poesía, o una historia contada de forma directa y convincente particularmente hablando de Narrativa. Lectores acostumbrados a textos que narran una historia original de manera directa y eficiente; utilizando elementos estructurales de narrativa tradicional (introducción, desarrollo, clímax, desenlace) de acuerdo con esto, lo que la mayoría de lectores busca es una buena idea, plasmada con la mayor claridad posible, y los elementos emocionales necesarios para producir impacto, sin importar si se trata de una ficción literalmente hablando, o de una historia realista. Pocos lectores, y quizá también son escasos los escritores que toman importancia a la sintaxis, a encontrarle el máximo grado de posibilidad expresiva a las palabras.

Mientras más unidad se logre entre los elementos de la sintaxis, más impacto ejercerá en la lectura total, pero no debe aislarse del todo una sintaxis, una idea y otra necesitan estar bien conectadas. Ha de existir esa vena, nervio, arteria, articulación, raíz que vincula las frases entre sí. Cada oración es un hilo en la telaraña del escritor, y de su formación depende la calidad que dará forma a su obra.

En el caso de la Poesía, la sintaxis ha de tratarse con un cuidado especial. Cada línea poética es esencial para completar el prisma del poema. De tal manera que mirada desde cualquier punto de vista se aprecie significado en la unidad total, destello prismal.


Beatriz Osornio Morales


Nota, estoy consciente de que la palabra "prismal" no existe, creí apropiado ese término para lo que quise expresar en el texto.



martes, 31 de mayo de 2011



Alegría injustificada



En la nada espesa de la nada,

Cuchillo de luz mi cuerpo.



Encuentro, alma

tallada por los huesos,

que siendo desde adentro,

aflora, atraviesa,

y transfigura en

germen terso, estalactita

resplandor, ligera nébula

nunca definitiva.



Mujer,

que en un cuarto se desnuda

y en otro se acaricia, cuerpo

rayo,

su cimiente sombra.



Pese a que la nada nos rodea,

te reconozco, fulgor,

crepitar de agua en piedra.

Entre la grieta de mi boca corres,

dibujo de pies pequeños,

corres caminos largos,

palabra.



Los brazos se definen

entre la niebla levantados; te ajustas

al cuerpo desvencijado de mi cuerpo,

tremolar de sueños,

alegría injustificada.



Ya no me asusta la muerte,

aquietará el barro más no la tierra.

La tierra se mueve

y tú eres sus ojos.




Beatriz Osornio Morales,Hampton,VA.Febrero 2011.

lunes, 23 de mayo de 2011

El Trabajo ¿Una dictadura?



Hay un proverbio chino que dice que “La mejor cura contra el sentimiento de miseria, es el trabajo”


Pensando en eso, he puesto mi vida, mi trabajo anterior, mis relaciones de cualquier tipo, pero sobre todo mis escritos, los he comparado con los escritos de la mano que abre ventanas y puertas con la tranquilidad de una mujer en la casa. Esta mujer sabe escuchar lo bueno y lo malo de cada día, pero al final parece que esos días no le pertenecen a ella, le pertenecen a su marido, al que le han sucedido todos los percances en el trabajo, en el camino del trabajo a la casa. Por el tráfico y los malos conductores que son en Virginia, dos o tres ocasiones ha estado a punto de accidentarse, nunca ha sido su culpa, dice que es por los malos conductores. La mujer no desaprueba, a ella no le ha sucedido, no le pertenece, como tampoco le pertenece la imaginación y las experiencias de sus niños. Ser secretaria la puso en ventajas para saber escuchar, era la mejor parte, aunque nunca logró admitir que lo único que le disgustaba de su trabajo era tener que servirle media taza de té al gerente, realmente si hubiera sido café o el té hasta el borde, no habría sido distinto, era el hecho lo que no sentía bien.


Al lado de la vida de los otros, mi vida parece tan poca cosa, tan insignificante frente a la de una madre que explica a sus hijos, cualquier cosa que sea lo que explica, la vida de una madre es tanto más que abrir y cerrar puertas y ventanas. Abrir cerraduras de alacenas sin vidrios, eso parece hablar de lo que escribo.


Junto a la vida de una bailarina que empuja algo invisible hacia el público, ésta mano, ésta escritura es la única cura contra la miseria. Y si las letras son todo lo que tengo para trabajar, trabajaré sin descanso, pospondré noches, días, aplazaré cualquier compromiso para trabajar, me dedicaré con devoción a la dictadura del trabajo.

La lectura es parte del trabajo de un escritor. La escritura es la vida del escritor y a la vez su trabajo. "La inspiración es el trabajo" era uno de los fundamentos principales en que se basaba el grupo de los escritores llamados Contemporaneos. Así quiero forjar la obra maestra de MI vida.


Beatriz Osornio Morales.

miércoles, 11 de mayo de 2011

Caligrafías de Sol




















Joan Miró-The Gold of the Azur


I

Más que peripecia, intento de mano bajo el río
trasiego de oraciones entre  rocas, imparables voces.

A murmullo abierto
las sílabas presencian el ahogo del pedregal,
queda piedra, lamida por el sol
moldeada por el agua
copa  de luz.

II

Esta mañana, la luz se posa en el libro
ávida de lectura, la mano del sol, los labios
del sol dibujan, pronuncian...
Yo, a su costado.
En el centro del libro, un rayo disipa las formas
en voz baja, leo
presencia.


Beatriz Osornio Morales, imgen de la red.

miércoles, 4 de mayo de 2011


EN EL AEROPUERTO


 
A veces fatiga encontrarse presa del levitar de las cosas, suspenso sin caída, sin ascenso, pendiente de un hilo que nadie alcanza o distingue entre las fibras del espacio.

Comparado con esta sensación, el espacio es limitado, corto para un paseo, para un viaje o el arribo de un avión sin pasajeros, lleno de gente desconocida, no por falta de aeropuerto, el aeropuerto está, aunque es nomás otra estación del viento. Los pasillos abarrotados de gente con gabardinas y maletas pequeñas para un viaje corto, son para Aníbal la muestra de que los extranjeros no vienen a este lugar. Todos los vuelos son domésticos, al menos para algunos lo son.

Este armario antiguo también pende inconcluso, allí frente a la otra cómoda de las muñecas sin cuerpo, los objetos perdidos, con sus seis cajones cerrados y sus cerraduras abiertas, dispuestas todo el tiempo por falta de arreglo. Alguien había perdido la llave y para abrirla de nuevo, trajeron a un cerrajero de los suburbios. El hombre era demasiado bruto para saber cualquier cosa de artefactos de antigüedad, donde se gira la llave en sentido contrario a las manecillas del reloj, como para cerrar. Bajo la fuerza torpe del cerrajero, las aberturas con silueta de mujer cedieron a la violación, no dieron más de sí, desde entonces se planea reemplazar el mueble completo por uno de estilo más contemporáneo, más sobrio, menos elaborado y sobre todo, evitará crear apegos. Al cerrajero se le pagaron honorarios.

La mujer del mostrador que le atiende, indica que necesita contestar la llamada, puede ser sobre el vuelo esperado. Al ver que Aníbal está distraído estudiando los anaqueles de al lado, agrega –por fortuna estos armarios, no son más que anaqueles fuera de uso- Aníbal lee el gafete en el lado izquierdo de la blusa: Ross es un lindo nombre, piensa.

Aníbal se dice, que si los muebles han de ser desechados porque ya no tienen arreglo, y las pertenencias olvidadas no serán reclamadas, para qué esperar. Pero bueno, están arrimados junto a la sala B de la aerolínea nueva, a nadie le estorban…

Sumido en su lógica de los acomodos funcionales en el aeropuerto pasan casi dos horas. Después de su larga espera, el hombre decide irse de regreso por los pasillos, ella no vendrá, cancelaron el vuelo por mal tiempo, la señorita había dicho que una fuerte nevada. Las cosas son lo que son, nosotros las justificamos. El armario seguirá siendo lo que fue antes de que él pensara que pudo haber sido suyo, o de cualquiera que le dé el destino final. Ella no vendrá.

Por el cristal se filtra la luz y la imagen de las nubes dibuja una sombra en la alfombra. El escalador eléctrico también está fuera de servicio…temporalmente.

No se puede uno alejar lo suficientemente rápido de lugares así. –Y pensar que estuve dos horas especulando a cerca de inmuebles y mascotas que deberían estar escondidas tras de sus puertas, dos horas- piensa

Ella no vendrá, no vendrá, punto. El vuelo 711 hace horas que se canceló y él vino a esperarla, no vino porque haya querido sentirse la estrella de cine que viene a lugares públicos a regalar autógrafos, o el muchacho que juega a ser poeta y viene a buscar inspiración en la contemplación del mundo ambulante y estático, a husmear entre la gente y la fricción del caminador rápido de los aeropuertos. Vino a esperarla. No hará notas hasta llegar a la casa. La misma timidez le impedirá ser honesto, como cada vez que intenta escribir palabras como “vientre colgado, revoltura de tripas, puta, puta” o cualquier expresión profana según su moral que todavía no se desarraiga, a pesar de que pretendió ser un pervertido cuando escribió su primer poemario y tuvo la desfachatez de publicarlo con el título de “Poemario de Pornografía”



Beatriz Osornio Morales , imagen de la red.

Entrada destacada

La Broma

  Alrededor de la mesa,   nos reunimos todos los invitados a  la embajada estadounidense desde distintos países del globo, con el fin de ce...