El cerebro humano es tan rápido en su funcionamiento,
que la formulación de reacciones aparenta ser fugaz instinto, conforme surgen los versos, su elasticidad
dual acaba en narrativa. Este post por ejemplo, era el final de unos versos que tenían que ver con la memoria, venir a ver en lo que acaba el final de un principio.
Uno mismo no se da cuenta muchas veces de cómo pasa la
mente de un pensamiento a otro, el asunto es que no entendemos cada función del
mismo: Puede uno estar moviendo la mano sin pensar que lo está haciendo, o
estar parpadeando, el corazón latiendo sin que uno sea consciente.
No se
necesita la conciencia para respirar, gesticular o hacer uso del cuerpo, el
cerebro, una parte oscura se encarga de ello ¿No es para sentirse traicionado o
indefenso ante un desconocido? Tal es la naturaleza. Nunca lo viví más claro
que durante los embarazos, todo ocurre silenciosamente en el cuerpo de la mujer,
sin embargo, es allí donde se experimenta un algo, de que alguien debe estar a
cargo de lo que sucede, se experimenta una presencia como recompensa a la
soledad en la que nacen los hombres.
Beatriz Osornio Morales, imagen de la red.