Sé que cuando te marches
quedare flotando en un
oscuro
espejo de dolor,
soledad sin nombre,
donde solo habrá café añejo.
Quedaré sin suelo,
sin Roma y sus caminos
que aun llevan a ti,
sin París
sin ti,
sin tierra.
Entonces
flotaré,
flotaré sin cesar,
y el incendió que empezó
en tus ojos,
seguirá ardiendo
tras de mis ojos,
madre tierra.
Beatriz Osornio Morales,