A la hora del
desayuno estuve pensando unas cuantas cosas. Sobre todo pensé
en el gran absurdo de mi vida; si he de morir, lo cual no quiero, pero de no haber otra quiero morir en un abrazo. Esto me
llevó a deducir que quizá, el ser humano, no solamente quiere vivir
feliz, sino que también quiere morir feliz.
Otro pensamiento fue
llegar a la conclusión de que entre mis pasiones (viajar, escribir,
leer, el arte, besar) también esta la pasión por la filosofía,
este nuevo descubrimiento, esta pasión es la que menos he
desarrollado, tal vez por la creencia de que para practicar filosofía
hay que estudiar, convertirse en un filosofo de universidad, siendo
que en tiempos antiguos, los grandes filósofos eran los estudiosos
más independientes. Además ¿Quién quiere vivir una vida basada en
libros? Yo no quiero vivir mi vida basada en ningún libro, quiero
inventar mi propia vida y escribir un libro basado en esas vidas que se desgajan de crear. ¿No
parece más creativo?
En algún momento me
percate de mi mente aleatoria; conforme pienso en algo, y estoy tratando de desarrollar esa idea para ahondar el pensamiento
presente, ya estoy pensando en otra cosa, la rama que se mece através
de la ventana, las ondas de viento que la mueven, su fuerza matemática, mezclada
con el sabor de la sandia y el queso cottage, el aroma embriagante
del café, la respuesta a la pregunta que me ha hecho uno de mis
hijos...
Al pensamiento lo
han comparado con un tren que siempre está de paso, y es otra de mis
pasiones observarlo. Mi mente aleatoria, sin embargo, es una de las
pocas certezas que tengo sobre mi misma, la acepto y trato de
trabajar con ella en armonía y revuelta al mismo tiempo, pues la
mente se convierte en una inconsistencia irracional si no se tiene
conciencia de ella.
Camus intentaba
hacer una filosofía de revuelta, pues afirmaba que ésta era en su
tiempo, la única filosofía congruente. A Camus le interesaba la
congruencia más que otras cosas en el mundo, más quizá que su
exahustiva búsqueda de la lógica que le explicara todo, aun el
absurdo. Pero en el conocimiento humano rara vez hay lógica. Camus,
dandose cuenta de ello, se revelaba afirmando que es posible
revelarse contra cualquier cosa, y que la vida es preciosa con o sin
sentido, esto para cerciorarnos de dicha conclusión en su ensayo sobre
“Suicidio” Me gusta esa resolución a vivir, aunque la vida
sea una revuelta contra la muerte, la adversidad, la nada o el
absurdo. En eso tengo algo en común con él, mi vida es un
sobre ponerme a mis sombras para poder existir de la forma que quiero, y no solamente sobrevivir.
Así concluí el
diario con portada de La Torre Eifel, única razón por la que
utilizo el título de Mi Diario de Paris, no tengo otra excusa, no he
cumplido mi sueño de caminar por las calles de esa magica ciudad, de
hecho, en el centro de la primera página blanca comence con el
título “El Juego de la Eternidad” El contenido del diario en su
totalidad fue escribiendose pausadamente en USA, comenzando a finales
del 2013 hasta el verano del 2014, un periodo de tiempo en el cual
no hubo viajes significativos, salvo uno a Florida. Esto me permitió la extravagancia del tiempo, ese aspecto tan necesario para pensar con
un poco más de lo que llaman seriedad, disculpen la broma.
BeatrizOsornioMorales