El
narrador como personaje de una historia
La descripción optimista de la voz que cuenta una historia es nuestra
empresa hoy, y esta depende en gran parte de la perspectiva del narrador
(autor), de la orientación que éste haya querido dar a la voz que el lector ha
de escuchar:
Esa voz podría tener rostro de cazador, bebedor, acólito, , ladrón,
ama de casa, o salmodista. Algunos autores se aventuran a dar voz a otro tipo de narradores que van más allá de la convencional voz humana (la cual prefiero personalmente por su credibilidad a la hora de entregar el mensaje), y hacen hablar otros seres (increibles por la insistencia de hacerlos hablar con los códigos de comportamiento humano) a un perro, gato, unicornio, etc. No importa gran cosa si es joven o le ha empezado a blanquear el
pelo y la barba, el narrador casi nunca se ve, es sólo un mensajero. Tiene casi
siempre los ojos sombríos, hundidos entre los pómulos y los pliegues de la
cara, quizá ha reído y se ha obstinado alguna vez en alguna otra empresa que no
es la de contar una historia, el lector no lo sabe porque ¿a quién podría
impresionar lo suficiente como para desinteresarse de las cosas de la vida que
suceden alrededor de ese universo incrustado en las palabras que pronuncia el
narrador?
El narrador ha nacido en un tiempo, con un nombre, un corazón que le ha
durado los suficientes años de su edad, para contar su propia historia, sin necesidad
de inventar. El narrador es un personaje neutral, un vauyour, y aun así,
personaje central. El narrador es la voz de la historia, de las cosas y el
tiempo encapsulado en las palabras.
Beatriz Osornio Morales , imagen de la red.