Ese goteo afuera no es de
lluvia. Es el goteo de la disolución. La nieve en el techo tarda en derretirse.
El martes pasado nevó con
intensidad considerable, tanto que cerraron las escuelas de los no sé cuantos
distritos a la redonda.
Hoy es sábado y por fin Salí de casa… maneje el carro a
la biblioteca; al carro y a las casas les colgaban hielos transparentes de las
orillas. Es corta la distancia de aquí a la biblioteca; un par de canciones en
el radio sin anuncios, uno o dos milímetros de hielo derretidos y hemos
llegado, proveyendo que los semáforos estén en verde y los hielos alargados y
delgados. De aquí a la biblioteca hay tres semáforos. En la biblioteca conseguí películas para ver
en casa, es una suerte que te las presten toda una semana y son películas de
actualidad.
Me aburre tratar de contar
las cosas que suceden en forma de diario, es como tratar de vivir la misma cosa
dos veces y es que la vida no se detiene, por eso de las cosas que componen tus
días mejor no hablar.
En cambio el goteo que por
momentos cesa allá afuera, inventa la lluvia aquí adentro. Pero no es la lluvia
torrencial como decía, es el después de la lluvia, el olor a tierra mojada, las
gotas abrazadas a las hojas, reverdecidas por un lustro de humedad, es la calma
que viene tras la tormenta, y un recuerdo sentado junto a mí como único
compañero, con el que hablamos largo rato. El recuerdo busca mis ojos solo de
vez en cuando, sin que eso implique inconveniente para una armoniosa
conversación, sin protocolos y sin conclusiones. Nos alcanzó el anochecer
todavía charlando de las cosas comunes y no tan comunes ni corrientes de la
vida.
B.O.M.
7 comentarios:
La vida es tan común, tan corriente, tan cotidiana, tan cíclica, tan previsible, tan reiterativa, que cuando deja de serlo se para, y cambia de nombre, y se transforma en MUERTE. Pero de eso ya nos hablarás en otro de tus estupendos relatos, Beatriz. Un saludo.
Pero esos pequeños detalles son la verdadera "sal" de la vida.
Un abrazo.
La vida es corriente, pero de vez en cuando nos sorprende y nos enredamos en situaciones maravillosas, esa es su magia. Aquí pasamos los 40 grados. Saltos y brincos
Lluvia interior, lluvia para un después, lluvia... Lo más y lo menos común de la vida. Excelente, como es habitual en ti.
Abrazos, siempre
Conversaciones eternas, de las que no recuerdas el principio y tampoco esperas un final.
Un saludo.
A veces lo cotidiano se hace grande... Tu con tu buen hacer y la sencillez de tus palabras, este día lo hiciste grande... Me encantó!! Abrazos desde Andalucía
Muy buena prosa, Beatriz. Un abrazo.
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