Evidentemente, ahora se trataba de un crímen serial y el
criminal estaba suelto, además de grave, era urgente resoverse antes
de que fuera más lejos. Al equipo de Luis Rubio, le asignaron cinco
integrantes más, y los respectivos departamentos de criminología
forence que debían tomar prioridad en el caso.
Luis presionó con más ahinco a los peritos para que se
comparara la caligrafía de las notas escritas impecablemente, sin
faltas de ortografía y en una letra consistente, casi como de
máquina, pero era evidente que habían sido escritas a mano con
tinta azul, por la misma mano diligente de los crímenes. “La
verdad solo se encuentra al final del camino” lee una de las dos
notas. La otra nota lee “No existe ninguna disciplina que en el
presente sea causa de gozo sino de tristezaa, pero después da fruto
apacible a los que en ella somos ejercitados” los peritos
determinaron que las notas pertenecen al mismo autor. Aunque en la
segunda se cita al Apostol San Pablo: Heb.12;11.
Mucho más tarde, determinarón la identidad del criminal.
Pero nada se sabía aun de su paradero. El autor de las notas, había
trabajado previamente durante una década en unos laboratorios de
ingeniería química, donde ejercía el papel de analísta de
pruebas. Por su naturaleza callada, nunca se relacionaba demasiado
con sus colegas, nada más allá de asuntos de trabajo. Ninguno en la
empresa sabía datos de su vida privada o si tendría familiares y
amigos. Hace dos años, la empresa paso por un periodo de pruebas
económicas y se vio en la necesidad de llevar a cabo varios recortes
de personal. Reynaldo Acuña,, hombre de prominente estatura,
complexión delgada y pálida, aparenta andar cerca de los cuarenta
años de edad, estaba entre las lista de los despedidos. Fue toda la
información que se pudo obtener de la empresa, junto con la dirección que dio cando lo contrataron hace ya más de una decada. Cuando los detectives visitaron la dirección dada, fue hecho de su conocimiento que Reynaldo Acuña había dejado de residir allí hacía por lo menos ocho años.
(continuará)
NOTA: He destacado la parte anterior a esta en el lado derecho, donde esta el gadget de entrada destacada, y es con el único fin de que aquellos que quieran ponerse en contexto con el seguimiento del relato puedan hacerlo con sencillez. Así cada vez que publique otra parte, destacaré la anterior. Gracias por su comprensión.
Beatriz Osornio Morales, imagen de la red.
6 comentarios:
Se me ocurre una continuación pero, no sé si te gustará...Do todas formas siempre es agradable leerte. Tienes una profundidad que me invita a profanarla con muchisimo gusto y a conciencia....ya sabes jejejejeje
Feliz año y suerte en la vida.
Nos vemos por aqui.
Besos.
Eso va bastante bien, habrá que seguir este serial...Saludos.
Me faltó la primera parte, disculpa mis ausencias tan largas, pero ya me estoy actualizando. Suena interesante y debo admitir que no me esperaba algo así por aquí, te conocí con otros géneros, temas y estilo, pero siempre es genial apreciar que un escritor pruebe cosas nuevas y amplíe sus horizontes.
Buscador, siempre es grato descubrir las múltiples posibilidades de una historia.
Bien, Kadannek, checa la entrada destacada en la parte superior del lado derecho.
Saludos y gracias por sus comentarios.
¡¡Ay que intriga!! Estoy deseando que publiques la tercera parte Beatriz.
Un abrazo.
Bueno, han avanzado los investigadores, con el cotejo de las notas, para dar con la identidad del criminal, que sí será, o acaso un despiste, como en las historias policíaca de Agatha cristhie?UN abrazo grande. Carlos
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