Más tarde llovió.
La lluvia era una
canción bajo la lluvia, los niños andaban en bicicleta con los ojos
cerrados. Ellos aprenden del movimiento con el mismo deleite de la
música que nos hace cerrar los ojos, o mirar al cielo, más allá de
las nubes.
El pavimento brilla
oscuro bajo los postes. Las piernas de los niños se columpian de mis
ojos. Están mojados por la canción de la lluvia -Ya métanse- les
grito desde la baranda, pero solo se distinguen los pedaleos en su
locura de nube hirviendo, suben y bajan a corta frecuencia, taz, taz,
taz, taz, no, más corta: taztaztaztaztaztaztaz, se parten las gotas
indefinidas a esta hora.
Algo queda de mi en
esa rapida canción, quedita canción de la lluvia y los cuerpos
mojados bajo la luz de los postes.
Ellos afirman que ya
estan adentro, ellos y la puerta que se cierra al entrar.
Entonces...¿Quién anda bajo la lluvia? tus pasos, tus suspiros,
responde el eco.
Entrada la noche y
los pensamientos la realidad desmiente. ¡Ah!, un calambre en las
piernas lo corrobora, no te has movido del sofá en toda la tarde.
B.O.M abril 3, 2017
Massanuten, Va. imagen de la red.