martes, 20 de febrero de 2024

Sobre la metáfora

Para algunos la metáfora del día de hoy es la metáfora de todos los días.


El simbolismo revelado explorando las imágenes metafóricas | Foto Premium


Es de conocimiento actual que el vocablo metáfora, proviene por medio del idioma latin, al sustantivo 

griego,  metáphora, cuyo significado literal es  traslado o transferencia. Dicho significado perdura en 

nuestros días, de hecho en griego a una transferencia bancaria todavía le llaman metaphora.  


En la retórica literaria, conserva las raíces fundamentales de traslado o transferencia, pero con un alcance

de metaphorein, que viene siendo la forma verbo del vocablo, del cual han surgido denotaciones y

connotaciones incontables, lo que ha contribuido a lo largo de la historia del lenguaje al crecimiento de 

las polisemias lingüísticas. 


En el arte del lenguaje,  la metáfora es un mecanismo cognitivo muy eficiente para expresar diversas formas de ver las cosas. Incluso Lakoff y Johnson en su libro “Las metáforas de la vida cotidiana” especifican que la metáfora podría ser antes que el lenguaje mecánico, una forma de percibir las cosas, por medio de la cual sistematizamos el lenguaje con conceptos metafóricos. “Sobre la base de la evidencia lingüística ante todo, hemos descubierto que la mayor parte de nuestro sistema conceptual ordinario es de naturaleza metafórica. Y hemos encontrado una forma de empezar a identificar detalladamente qué son exactamente las metáforas que estructuran la manera en que percibimos, pensamos y actuamos.”1


De acuerdo con esto, la metáfora se percibe como una acción en sus raíces fundamentales, y en la retórica no sería la excepción, por medio de su mecanismo establece puentes entre dos objetos que se comparan, por su significado denotativo, ciertas características que comparten los dos objetos comparados se unen en acuerdo,  pero también al mismo tiempo establece eliminación en algunos aspectos de dichos objetos, dicha eliminación puede no ser explícita sino subjetiva, y connotativa. Por ejemplo quien dice “tus dientes son perlas preciosas” no solo compara, sino que al conectar estos objetos(los dientes de una persona con las perlas) por ciertas particularidades que ambos comparten, convierte/traslada los dientes en perlas, pudiera ser por su color o por el valor que hace a las perlas algo valioso y bello. Sin embargo, uno podría asumir que como las perlas viven en una concha marina, la  boca de la persona podría ser (connotativamente) la concha, no necesariamente es así, puesto que al unir o denotar las particularidades, se aísla,  o separan las demás características de los dos objetos. Se enfoca la carga expresiva en esas dos características, por el adjetivo “preciosas” sabemos que la metáfora le está dando el concepto de valor a los dientes, y al resaltar esa particularidad, elimina las demás particularidades de ambos objetos. 


Ahora bien, en la actualidad, de acuerdo con Lakoff y Johnson, el pensamiento metafórico es entendido mejor como  “la interpretación de un campo de experiencias en términos de otro ya conocido”2 por ponerlo de alguna manera, para denotar que el mecanismo cognitivo en la formación de metáforas ahora es algo más complejo, pues  no une solamente dos objetos con características afines, sino que puede estar uniendo ideas y conceptos, situaciones que,  o bien tienen algo en común o son opuestos, y básicamente, aquí se alcanza la delgada línea que separa la metáfora de la paradoja. Un ejemplo claro sería la metáfora de que “el tiempo es dinero” o “el tiempo es oro” aquí no se habla de características físicas, sino de una experiencia o concepto de vida, lo que se hace con el tiempo, el trabajo que paga por hora específicamente, hace que el tiempo se convierta en dinero, una metáfora con bases conceptuales en la cultura occidental.


Las metáforas han cambiado, están cambiando, tienen que seguir cambiando, pues ahora tenemos a disposición el estímulo urbano, como una importante variante del entorno, y no solo eso, sino que la urbanidad es concebida completamente por la humanidad, lo más humano del entorno es la urbanidad, surgida desde la necesidad o distintas perspectivas del acto creativo. Uno de los más grandes estímulos (en mi opinión) para el asombro.


Las metáforas de la naturaleza conviven con las metáforas de la urbanidad, lo cual va haciendo más complejo nuestro sistema de conceptos y significados lingüísticos. Se diría que estamos viviendo tiempos privilegiados para la creatividad literaria, contrario a lo que se pudiera creer por el reto que implica un sistema de reajustes lingǘisticos, que además se van adaptando también de acuerdo a las realidades culturales de cada sociedad, y los cambios a los cuales  éstas se enfrentan.


A principios de la Revolución Industrial, también parecía contradictorio un ajuste  sin retos, pues como en toda revolución,  hay retos entre los contingentes. Y de paso, la realidad cambió, el idioma cambió, lo  literal, lo conceptual cambió. 


Hoy en día,  y en plena revolución tecnológica no es la excepción, los conceptos del lenguaje van cambiando rápidamente con los cambios culturales. La globalización frecuentemente es protagonista haciendo uso de conceptos tecnológicos en el entorno de la comunicación. Ahora encontramos conceptos como videollamada, dinero electrónico, ciberespacio, telemedicina, etc. reclamando supremacía en la conceptualización de la actualidad. No  le parezca extraño si escucha hablar del comportamiento de la máquina. Hablamos de ratones, barras de memoria, interfaces, etc. La realidad actual es un campo conceptual metafórico, vamos utilizando esos términos como conceptos metafóricos por la utilidad que proporcionan a los humanos, así como por la relación entre funcionalidades, pues la memoria almacena datos como la memoria recuerdos, el ratón electrónico se asemeja en su forma y movimiento al animal en cuestión.   


De tal forma que el idioma metafórico, sigue en proceso de cambio todos los días junto a la evolución del


pensamiento, en todas las épocas respecto a la metáfora, y en todos los idiomas del mundo. 




Beatriz Osornio Morales, imagen de la red


4 comentarios:

Jova dijo...

Me encanto tu entrada con tanta y buena información, la cual debo reconocer no era de mi total conocimiento.
Las metáforas son bellas en poesía y en relatos antiguos, me parece como un lenguaje oculto.
Gracias por compartir.
Un abrazo.

Ester dijo...

Cuanto tiempo sin leerte y regresas pletórica y con mucha informacion, Un abrazo

Norma2 dijo...

Creo que los jóvenes actuales no tienen idea de qué es una metáfora. Piensan menos y escriben peor ¿La culpa será de la tecnología o de los maestros?
Besos

BEATRIZ dijo...

Hola queridas de tanto tiempo.
Jova, gracias a ti por leer y apreciar. En estos tiempos la verdad es toda una odisea dedicarse a una sola cosa y entre crear y sobrevivir, crearse. De tanto en tanto me da por estudiar un tema y dedicarle mas atención de lo común.

Ester,
Un gusto enorme volver por aquí después de tanto y saludarte. Gracias por venir.

Norma,
Es cierto que la gente entre más informada está menos dedicación le ponen a las cosas, pero no quisiera generalizar, pues esa necesidad de crear belleza sigue por allí, solo hay que observar y dejarnos tocar.
Gracias por tu comentario.

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