Dejémonos de formalidades y hablemos de un recuerdo, el recuerdo de cualquier
día que te venga a la mente en este
momento.
Yo recuerdo un día que viajábamos por Florida, de Fort Lauderdale a Key
West, el más lejano punto al sur del país, al cual los nativos llaman la milla
cero. Ya habíamos pasado por Miami hacía rato, pero no nos detuvimos a turistear en
la famosa ciudad, sino que manejamos de largo: Entrando a la delgada franja de
tierra que rodea el mar, el cielo seguía claro, por lo que el azul del mar alrededor
de aquellas islas de tierra mar adentro, lucía un azul turquesa perfecto, ese
que solo se encuentra en el Mar del Caribe. Ese era el paisaje que disfrutamos
por largos tramos. A ratos solamente la carretera o el ancho de largos puentes
entre islote e islote, entre cayo y cayo, era lo que nos sostenían, de otra
manera, la sensación era la de ir desafiando las posibilidades de la gravedad,
manejando sobre el agua en nuestro coche rojo. Todo alrededor era agua y la
vista al frente, la perfecta imagen del concepto que se tiene de la perspectiva.
De pronto, de unas delgadas borrascas, que aparecieron de la nada, se
empezaron a formar rápidamente nubes pesadas que parecían monstruos, me sorprendió tanto ese efecto de la transformación
de las nubes que quise escribir el suceso. Busqué en mi bolsa algo para
escribir, solo encontré un papel fragmentado y arrugado, en el que escribí algo
así: “En los Cayos, cuando ves las nubes, la cabeza de un pájaro se convierte en medusa” las nubes crecen tan a
prisa más grandes que el volumen de los Cayos mismos. Palabras más, palabras
menos.
Guarde el papel en la bolsa con descuido. Después de varios días recordé
lo ocurrido y quise pasar lo que escribí en mi cuaderno que había dejado en el
hotel, el de la torre Eifel, pero no encontré el dichoso papelito por ninguna
parte, tampoco recordaba las palabras exactas, solamente el suceso.
Hoy que ya casi olvidaba todo lo ocurrido entonces, encontré el papel
entre la pasta dura del cuaderno y las primeras páginas, así que escribo y
comparto para no olvidar nuevamente mi primer encuentro con medusa. Era un 20
de Junio de 2014.
B.O.M
16 comentarios:
Interesante recuerdo que hoy dejas en tus letras.
Un abrazo.
Un recuerdo similar lo tengo de un viaje de trabajo a Dinamarca. De la parte continental a la insular, atravesando puentes eternos, flanqueados por parques eólicos y sobrevolados por inmensas bandadas de patos volando en uve. Y dentro del coche mis ganas infinitas de vender cosméticos allende los mares.
No sólo de escribir vive el hombre. Al menos en mi caso. Un abrazo
Escribimos para no olvidar. Tengo un texto escrito a orillas de un río, en una tarde de viaje. A ver si lo consigo, lo publico y de paso te cito :)
Besos!
Ya hablaste taty, no dejes de avisarme para ver tu publicación.
Abrazos, muchos.
Beatriz, esos papeles, al fin los encuentra uno, y terminan siendo un buen post, un poema inolvidable, o un buen cuento. Un abrazo. Carlos
Solo una Escritora, pude darle tanto lustre al encuentro con Medusa jajaja!!
Lindo escrito, fresco e ingenioso!!
Me ha gustado mucho!!
Besosssss
Y linda semana!
Aunque no hubieras encontrado el papelito, con tu buen hacer hubieras sabido dejarnos el mensaje deseado Beatriz.
U abrazo.
Por algún motivo el azar quiso que esperases para contarnos tu recuerdo.
Besitos.
Una crónica breve , salpicada de impresiones que permiten disfrutar y reflexionar contigo. Me encanta tu versatilidad. muchos besos Bea.
Vengo del blog de Conchi y me ha encantado tu espacio; por lo cual, si no te importa, me hago seguidor de tan bello Rincón, que es el tuyo.
Abrazos.
Bien venido Pedro Luis, aquí está tu casa.
Sin el recuerdo... No tendría sentido el presente. Me ha encantado recordar... leer, tu recuerdo. Un beso.
Gracias Beatriz por tu visita a mi blog y tus cálidas palabras sobre mis fotografias...tienes un rincón precioso, me gusta mucho como escribes...seguro que vendré en más ocasiones si me lo permites.
Un placer.
Te dejo un saludo
Ojala nuestra mente actuara como un almacén de recuerdos al que poder recurrir siempre que queramos. Un abrazo compañera, seguimos fabricando nuevas cosas que recordar.
Viajar siempre nos mueve más por dentro que hacia afuera.
Publicar un comentario