I
Tengo
un cuaderno de lunas partidas en papel,
escasas
monedas en el bolsillo, y un viejo mapa
con el reverso
de
New York en mi cartera.
Al
doblarse, cada línea
marca alguna de sus avenidas principales…
cientos de escaparates fortuitos quedan sin
trazo,
dilapidados
antros de jazz proscritos a plenitud
y
tedio.
Mister
Cole habría descrito eso
en
su poesía,
o
tal vez no.
Habría
omitido que los dioses del Olimpo,
desaparecidos
en el Medio Oriente,
disimulan
nuevos nombres,
combaten
por las bocas,
y
envisten
como toros bravos en esta ciudad.
Por
las vías del tren newyorkino,
una
pierna mutilada sangra amapolas
separada
de su cuerpo, yo
la
echo de menos,
después que anduvimos juntas
muchos
años, antes y después.
El ipod del olvido que todos llevan
en
el metro,
inútil para escribir, me mira desde sus
cabezas,
toca
siempre la misma canción,
lúgubre, fútil, dirán cuando pase de moda…pero
hoy
es la única presencia que asombra
nuestra
decadente urbe,
loba olvidadiza.
Parada
en
la séptima avenida de Manhatan,
una
mujer sola también olvida
la
simetría del abrazo.
Mientras
retorna el mar
la lluvia evaporada, vaso invertido,
al
recobrar victorias ganadas en Chinatown
la fuerza de gravedad
yergue los declives
de
mi paraguas chino,
imantado
por un trueno a sueldo.
Beatriz Osornio Morales. Imagen de la red.
Nota, no sé si sea un problema para todos en blogger, pero a mi no me esta actualizando las entradas. A veces tengo que republicarlas más de dos veces.
Nota, no sé si sea un problema para todos en blogger, pero a mi no me esta actualizando las entradas. A veces tengo que republicarlas más de dos veces.
13 comentarios:
Maravillosopoema que se puede traladar a la soledad de cualquier lugar.
Me gusta ese "cuaderno de lunas partidas"
Un abrazo.
Imantado con un trueno a sueldo...Menudo derroche de creatividad. Un abrazo, Beatriz.
Usualmente detesto partir diciendo esto; "¡Me encanta!", porque no quiero dar una opinión banal, insípida y mucho menos facilista. Pero sin duda es un escrito estupendo, tiene una nostalgia que me abruma, una melancolía tan exquisita que me la bebería con desespero si pudiese. Me imaginé el típico, pero emblemático paisaje citadino, con sus calles frías, húmedas y desencantadas; llena de transeúntes adormilados, caminando sin rumbo o hacia el mismo sitio una y otra vez, sin pausa. Me vi tomando un café, esa cafetería de la esquina, la que es medianamente concurrida, cobijo para los olvidados y para los que no olvidan.
De alguna forma tu texto me recuerda el estilo de un escritor Londinense cuyo nombre no he podido recordar, pero plasmaste, al menos en este texto, un poco de su tristeza, de su trago amargo y resignado. Y aún así, pese a todo, feliz de algún modo.
Muy reflexivo. Un aplauso.
Acabo de escribir un comentario en otro blog sobre poesía. Me adentro en tus versos que en mí cobran una profundidad donde jamás estuve. A cada paso de tu inteligencia me lleno de recuerdos quizás antes soñados. Caminar por New York, escuchar jazz de mis amores y una buena compañia para mojarme en las lluvias de sus gentes, sería una buena idea para viajar...A cada entrada te recorro hasta donde tú quieres y, sigo buscando un libro que se llama PARADOXIA...
Cuídate mucho.
Besos de buscador:lejano y solo.
Un cuaderno para enmarcar, un derroche creativo en un marco idílico. Abrazos
Versos llenos de emociones, de esos que me llegan y que me hacen pensar en aquellos recuerdos con los que conectan.
Un abrazo.
Buen poema citadino. Lo del blogger también anda fallando por aquí.
Saludos.
Hermoso poema, maravilloso, como todo lo que escribes. Un fuerte abrazo
Los reversos suelen desnudar los anversos a veces pintados con luces de neón...
Inteligente texto Bea!!
De regreso te saludo con afecto poético.
Tu poesía me ha impactado Beatriz, sobrecoge el alma.
Por las vías del tren newyorkino,
una pierna mutilada sangra amapolas
separada de su cuerpo, yo
la echo de menos,
después que anduvimos juntas
muchos años, antes y después.
El problema que tienes para publicar, creo que es del propio blogger, más de una amiga le están pasando cosas raras también.
Un abrazo.
Me hiciste recordar New York y sus soledades... Me gustó mucho tu poema descriptivo de la gran ciudad con sus indiferencias y contemplaciones que nos hacen sentir la humanidad que somos. Muy bueno, Beatriz. Mi cariño.
UN poemazo desde un aen tro entre surreal y beat, sobre una ciudad caótica, cosmopolita, que traga y devora. UN abrazo. carlos
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