Me asomo al balcón y sorprendido de darme
cuenta de que aun estoy aquí, donde parece una eternidad la
caída del sol tras los edificios, se me ocurre que el sol es el testigo más fiel del
tiempo largo, al asecho cuando se acerca el día de partir, el día
de volver a casa.
La última noche noto detalles del
cuarto que no había notado antes, hay cosas que fácilmente pasan desapercibidas. como la sombra del candelabro que
se proyecta en el techo de forma indescriptible; es una sombra hecha
de luz, su visibilidad consiste en que las multiples cuentas de
vidrio escupen anillos luminosos sin radio propio, unos ligeramente
más radiantes que otros. el radio de la sombra es del mismo tamaño
que el del candelabro.
Sirvo un poco de whiskey en el mismo
vaso de la tarde, enciendo un cigarrillo y me pongo a fumar el
prospecto. ¿Se habrá cerrado el caso? ¿Seguirán buscando al
sospechoso de aquel crímen que por poco me deja sin sesos? Espero
que dos meses de reposo y una semana de vacaciones en un hotel, no se
vengan abajo ante la realidad que por más que lo queramos, no
cambia. Siempre habrá delincuencia y unos tontos que creemos que
pueden cambiar el mundo. En fin, no se puede contra esas dos fuerzas
contrarias, una jala en una dirección, la otra jala en dirección
opuesta, y a veces parece que se juntan. Así es la vida, y sin que la vida se considere como un
paisaje en blanco y negro, uno toma el papel, el color que
más le acomode, y se pinta de policía, de delincuente, de señora
gorda, de cortador de organza, de colaborador, de descidente, de niña
con carita de ángel, de borracho, o de imposibles puntos y aparte.
Es una lástima que el inspector me
retirara el caso cuando estaba a punto de resolverse, lo sentía,
estaba cerca de capturar al sospechoso, luego vino el breakdown
nervioso y el sospechoso se desvaneció entre las sombras del
anonimáto (al menos en mi mente).
Beatriz Osornio Morales, imagen de la red.
12 comentarios:
Interesante relato. ¿Continuará...?
Un abrazo.
El inspector Newman revisaba contantemente su vida. La imaginación y la memoria no le dejaban en paz. En aquella habitación de paredes húmedas, chinches en el colchón y cucarachas en el baño, se podrían definir perfectamente la podredumbre del ser humano.
Estaba a punto de jubilarse por problemas estomacales. La calle no cesaba con el claxon de los coches y la sirenas de policías y las de ambulancias...Si vida no fué un ramo de flores recién cortadas. En su corazón había muchas heridas y cicatrices inclasificables como en el departamento; demasiadas para llegar a la vejez con buena salud mental. La botella de whisky estaba a medias como su intriga en resolver aquel caso mas, odiaba tremendamente dejar aquel caso de criminales, chantajistas y proxenetas por tener con ellos una deuda de juventud...
Sonó el teléfono celular, era aquella chica que conoció en el Hotel Marley. La pobre no sabía como expresarse de la mejor manera pero, le dijo que estaba embarazada; que en sus manos ponía la responsabilidad del aborto pero que, lo amaba como a nadie había amado. A Newman le resbaló una lágrima quizás de inocencia, quizás por recorrer su mundo infantil y apechugar con el hijo que se gestaba...La citó a las 10 de la noche en el distrito Old Smith para hablar del asunto paterno; le dijo que la echaba de menos, que se pusiera aquel liguero que tanto le gustaba...
El estómago no le dejaba en paz. Sentía ganas de vomitar de nuevo aquella sangre viscosa y lo evitaba mirando la sombra de aquella lámpara donde la sombra y la luz, jugaban con su lado sensible de artista, a la vez feroz, a la vez para pederse lo más lejano y solo posible a la contracción de su vientre...
De un trago se bebió dos vasos de J&B y al poco la cabeza de daba vueltas y más vueltas por el caso que dejaba, el hijo que esperaba y la vida cumplida a los 53...Hizo su equipaje y antes de apagar la luz de la lampara, se miró al espejo con mirada perdida de perdedor...
Llamaron a la puerta de la habitación, le subían el almuerzo. Dijo que no la quería , que se largaba de aquella ciudad para siempre para vivir con su mujer y su hijo una vida mejor.
Volvieron a llamar más insistentemente y el medio borracho, no tomó precauciones. Nada más correr el pestillo de la puerta alguien la empujó y le pegó dos tiros en el pecho.
Arrastrádose como pudo cogió de encima de la cama el celular y llamó a su amor:
- ¿Diga? ¿Dígame? ¿Eres tú Newman?
El una convulsión de su vientre, de su boca emanó más sangre...
Delincuentes, policías, gente desubicada, qué frescura, da gusto leer a gente valiente que tira para adelante con todo y nunca baja los brazos.
Un beso Beatriz
Es posible Rafael, tengo una idea. Espero ejecutarla antes de que se disipe.
Saludos y gracias.
me acordé de Bolaño.
:)
beatriz tienes magia
te abrazxo
Me gustó mucho, Beatriz. Como todo lo que escribes. Te mando un abrazo.
Se ha llenado tu blog de los mismos anuncios que me persiguen por toda la red. Una pena.
Tenía un contador de entradas que también llenaba mi blog de anuncios, conseguí quitarlo, espero que siga limpio.
Expresiones
Piedra
Si Miguel, lo siento, ya ves cómo funciona esto de lo gratis en internet. Hice algún movimiento para prevenir, espero funcione.
Saludos.
Ciertas decisiones nos persiguen durante toda nuestras vidas, decidir qué queremos desayunar sólo nos lleva unos segundos...
Nos leemos.
J.
Dsde la perspectiva del relato negro, que habla en primera persona. como delatándonos en nuestros sentires y desvaríos. UN abrazo. Carlos
Me gustó mucho Beatriz !!!
Me atrapaste!!! Muy buen texto!!!
Besos y bella semana
Me ha encantado tu relato, el suspense y la novela negra, son lo mio.
Un abrazo.
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