lunes, 22 de agosto de 2022

Otro Cumpleaños

El año pasado no escribí sobre el acontecer de mi cumpleaños,  nos agarró en la carretera de regreso de Florida, donde habíamos pasado unas vacaciones parcialmente aburridas, lo que me impide decir que esa vez visitar Florida fue aburrido, es el encuentro que tuvimos con mi hermano Jacob y su familia. Fue  breve, pero estuvo cargado de un dulce sentimiento. Caminar por el resort tempranito y un par  de visitas a la piscina,   también me salvaron del aburrimiento, ah, y Kissimmee, cerca de Orlando. Para celebrar íbamos a pasar a Savannah, Ga. a comer en algún restaurante, pero resulta que después de dar vueltas y vueltas por la encantadora ciudad portuaria, no encontramos donde estacionarnos. Acabamos comiendo mariscos en algún restaurante de cadena en los suburbios de la ciudad.

Este año me gustaría escribir algo, rememorar no, escribir en tiempo real para el presente, para mi, para ti y para un desconocido..

Pero en estos momentos las únicas palabras que se formulan son las de un como rezo. Estrictamente hablando son las palabras más prosaicas  y vulgares de la vida diaria; mi culpa, como buena cristiana, sería querer algo distinto, algo distinto y bonito. Sin embargo, sospecho que ya caí en la tentación de rememorar, y es tan dulce.

El jueves mudamos a mi hijo mayor a su dormitorio en la universidad. La ciudad de Richmond no está descaradamente remota, hora y media en autopista, hora y media de ser fuerte y sonreír con naturalidad. Tuve que poner toda mi energía en eso. Lo bueno es que estuvo soleado. En el edificio había cola de estudiantes mudándose, pero no estuvo tan ajetreado. En el dormitorio nos topamos con la familia del roomate, que también estaban instalando al chico. Un muchachito de semblante agradable y pelo rosa fiusha y desenfadado, de personalidad artística. El dormitorio se sintió bastante reducido, (tarde o temprano todos sudamos) pues éramos, la mamá del roomate, el papá y la tía, o no sé quién sería la otra señora, no puse atención. Las dos mujeres se mostraron cómodas socializando con mi marido que habla hasta por los codos, yo me concentré en lo que estaba, oyendo el cacareo solo de fondo, intercambié apenas unas cuantas frases para no parecer grosera, terminamos de desempacar antes que ellas. Dejamos el edificio para encontrar el mercado de comida, donde comimos juntos con mi hijo antes de regresar a casa. 

Pensar en el hueco que nos queda en la casa cuando alguien se va, equivale a nostalgiar y realmente no quiero sonar dramática;  que un hijo se vaya a la universidad es un logro, más que una desgracia. El rezo es por su felicidad, porque encuentre sentido a su vida y lo que ha escogido para lograr. El rezo, son los murmullos que las paredes de la casa guardan de la voz de mi hijo, mezcladas con las voces de mi otro hijo, en una conversación constante con los juegos de Casper,  son los ecos del mundo.

Hoy es un cumpleaños más, con pastel de chocolate y una comida para nada especial, pero deliciosa. Un lugar vacío en la mesa, en este caso, equivale a la esperanza y la libertad de un hijo autónomo y realizado. Motivo para sonreír, pero ¡cómo lo extraño!

Beatriz Osornio Morales. Imagen de la red

6 comentarios:

Gra dijo...

Hola Beatriz!!
Feliz Cumpleaños!! Y que mejor regalo que tu hijo quiera estudiar, hacer su camino y seguro te lleva en su corazon. Y cuando menos lo esperes te vendra a visitar.

Te mando un gran abrazo Beatriz y espero que sigamos festejando nuestros cumples muchos años mas 😊.

Conchi dijo...

Que los hijos vayan a la universidad es un buen logro y hora y media de camino no es mucho.

Abrazos.

BEATRIZ dijo...

Muchísimas gracias por tus palabras, Gra.
Saludos.

Tiffany dijo...

Hola!!! Pero ten siempre la seguridad que tu hijo va a ser un gran profesional con un gran futuro, de a poco se te va ir pasando la tristeza y va a surgir el orgullo de madre jaja. Ten paciencia.

PD: Soy nueva por aquí y me encanto encontrarte 💖 así que me tienes como tu nueva seguidora 🤗 si gustas visitarme mi blog es http://plegariasenlanoche.blogspot.com/

Un beso enorme desde Plegarias en la Noche

krudios dijo...

Un relato lleno de tanta vida, por un lado un momento para rescatar el inicio de un año más de vida y por el otro la emoción de seguir viendo como los sueños de los hijos qué muchas veces son nuestros también se van cumpliendo.

Te dejo un abrazo desde tierra caliente Michoacán donde también muchas familias están separadas por una ciudad, un estado o un país...

BEATRIZ dijo...

Tiffany, Conchi y Krudios, muchas gracias y bienvenidos a este espacio abierto.
Krudios, me encanta saber que me visitas de Michoacán, mi tierra natal. Yo nací en las montañas del noreste del estado, clima opuesto al de tierra caliente, pero igual, también la gente se va y quedan familias fragmentadas. Saludos.
Conchis, a veces el camino físico es lo de menos como dices.
Tiffany, tus palabras sabias me hacían falta.

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