Apenas perceptibles,
fueron alejándose del bestiario
todas las formas onduladas.
De puntillas
cruzaron la atmósfera de cristal,
como reptiles
huyendo sobre su cola.
La pipa sin ceniza
es el escondite perfecto.
El ánfora
es mi propio burdel,
donde desnudo cada noche
y hago que se prostituya
para mi el tiempo,
hasta que humedezca
el cerebro de perversiones.
Y me atrevo
ante la esencia tuya
que juega en esas criptas,
cuando vuelvo
de nunca irme.
Beatriz Osornio Morales. Imagen de la red.
7 comentarios:
Espléndidos versos, amiga, que expresan mucha personalidad y temperamento poético.
Me agradó, conocerte y leerte.
Saludos desde Barcelona.
Un sentimiento hecho poso de erotismo y deseo. Un abrazo. Carlos
Gracias por pasar y comentar, me alegra que te gusten mis garabatos.
Saludos, Teo.
Gracias, Carlos.
Me da gusto tu visita por aquí.
Te mando un saludo hasta tu estancia.
Un poema sinuoso y sensorial, como el sonido de la serpiente, ondulándose sigilosa a través de los versos.
Muy logrado el poema.
Gracias por tus palabras, Cayetano. Es parte de un poemario basado justo en imaginería sensorial.
Saludos.
Una gratisima sorpresa ha sido tu visita a mi blog dándome la oportunidad de conocer el tuyo y "tus garabatos" como dices a Teo
Me han parecido extraordinarios
Un abrazo
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